viernes, 19 de julio de 2013

La verdadera herida del héroe

Excalibur, Tizona... o poiendonos más freaks, Narsil. Un montón de espadas penetrando piedras y enemigos. Detrás, el héroe, haciendo lo mismo: penetrando, penetrando y penetrando. Porque matar es penetrar, violar es penetrar, conquistar es penetrar y hasta defender es penetrar para evitar ser penetrado (en tu cuerpo, en tus posesiones o en tus ideas), y dejar al enemigo penetrado, al menos por  miedo. En definitiva, el héroe es la prolongación de su pene empuñando con fiereza un arma, otro pene.

¿Y qué nos deja al otro lado? A un penetrado, también humillado, deslegitimado, apartado, vencido, que se coloca por debajo del penetrador y es dominado por éste.

El héroe es el principal modelo de masculinidad y, por tanto, de conducta para los hombres en nuestra sociedad heteropatriarcal y su presencia en ella es omnipresente, reproduciéndose en bocas, textos, memoria colectiva, pantallas de distinto formato, música,etc.  Y son los valores del héroe, los que se nos enseña desde niños a seguir y alcanzar para ser "hombres de verdad". La realidad es, que los hombres de verdad no existen. Los hombres, en términos biologicos, somos biohombres, es decir somos seres humanos con genitales externos. Nuestra naturaleza biológica en términos de género no nos ofrece o demanda nada más. En cambio, el referente de héroe o de hombre de verdad sí:

-Nos exige ser valientes, fuertes, agresivos, aceptar riesgos con más facilidad, no mostrar abatimiento o duda. Todos ellos valores guerreros, que ante la falta de una guerra real, nos lleva a crear nuestras propias guerras a través de la competición y la obsesión jerárquica, estar por encima de nuestros pares, demostrándolo de dos maneras: ejerciendo el poder de facto o utilizando bienes simbólicos. Con lo que el capitalismo y el heteropatriarcado están ligados y se quieren un montón.

-Ser sexualmente activos e infalibles (aquí el héroe toma la forma del actor porno mainstream)

-Ser habilidoso en cualquier deporte, salvo deportes feminizados, o tarea física. Por contraposición a las tareas de cuidados para las que no se considera necesario ningún tipo de saber o habilidad especial y se delegan a personas con menor importancia desde esta óptica (mujeres, niñas y, a veces, niños,en menor medida.) 

- Carente de expresiones sentimentales. Los hombres somos educados para no comunicar lo que sentimos, esto degenera normalmente en problemas en las relaciones sociales porque no podemos expresar que necesitamos, que nos afecta y como. Al no expresar tampoco comprendemos que sea necesaria la comunicación o respetar la expresión del otrx cuando se da.

-Sin exaltaciones líricas. Aun hoy, que un hombre exprese que algo es precioso/a solo puede darse en contextos muy concretos y hacia objetos y personas muy concretas, ya que de lo contrario pone en duda su masculinidad y orientación sexual. Un ejemplo sería expresar que un hombre es atractivo, siendo el emisor un biohombre heterosexual.

-Tener razón en nuestros planteamientos. Aqui se desata la extensa gama de micromachismos (mecanismos de baja intensidad o muy sútiles con el objetivo de resolver una situación en favor del hombre que los ejerce, dejo un enlace con información más detallada sobre este término http://vocesdehombres.files.wordpress.com/2008/07/micromachismos-el-poder-masculino-en-la-pareja-moderna.pdf). Sentir nuestra masculinidad agredida cuando una mujer tiene más conocimientos sobre un tema es un ejemplo muy claro de este "valor".

Estos valores exigen ser cumplidos en un 100%, ya que de vulnerarlos, vulneramos también nuestra proyección como hombres, dejamos de merecer este nombre, pasando de dominadores a dominados. Esto genera una frustración que se vuelca en personas de nuestro entorno, especialmente en figuras femeninas (madres, amigas, parejas en el caso heterosexual).

 Así, los hombres vivimos intentando adecuarnos a estos valores creando nuestras propias lógicas de jerarquía simbólica entre  hombres más hombres, los de "verdad", y  los que no lo son, pasando a formar parte de las mariconas, los flojos, los nenas, los mierdas, etc. Y esto en una sociedad machista significa mucho, significa ser un marginado más. Quizás así podamos ver con más claridad a otros apartados por esta sociedad por ser diferentes, por transgredir las normas de género heteropatriarcales, como son: gays, lesbianas, mujeres empoderadas, transgénero, y cualquier persona que comprenda otras identidades de género más allá de la heterosexualidad y el binarismo de género.

Por supuesto se puede salir de este círculo estupido poniendo en cuestión estos valores y valorándonos a nosotros mismos/as por lo que somos y a los demás con ese mismo baremo, para variar.

Aun con todo, no somos libres de nuestra educación y contexto. Yo, particularmente, sigo sintiendome idiota, especialmente mal, cuando soy torpe en una tarea "masculina", aunque sea la primera vez que la realizo, por ejemplo, cortar madera. Cuando lo piensas en frío, descubres, que en ningún rincón de tus genitales se encuentra el saber de hombres sudorosos que a lo largo de la historia han levantado peso, cortado madera, excavado zanjas o arreglado coches, de hecho, no se encuentra ningún conocimiento, como ninguna mujer aprende de manera mística el trabajo de cuidados con niños, ancianos o personas con discapacidad (incluidos entre los últimos a hombres dependientes que no saben freír un huevo), por poner solo un ejemplo de actividades "femeninas". Cuando miras en frío y piensas con la cabeza, lo que descubres es que eres tan torpe como cualquiera que hace las cosas por primera vez. Porque tienes un proceso de vida con sus diferentes procesos de aprendizaje, y el héroe (real o histórico) siempre tiene la misma edad por lo que ya ha obtenido sus cualidades con lo que no tiene sentido compararse con él.

No le debemos nada al héroe más que frustación por no ser como él. Mi consejo es sencillo. Cortadle la polla, quitadle la espada y olvidaos de él.  Sed libres, construid vuestra identidad en positivo apreciando lo que tenéis y disfrutaís de vosotrxs mismxs, y luchad para que los demás puedan serlo.







2 comentarios:

  1. La verdadera herida la compartimos, no poder ser nunca el estereotipo de genero. Fallar en la construccion del genero lo hace mas interesante ;)

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  2. Maravilloso.
    Es genial saber que hay hombres como tú.
    Gracias.

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