lunes, 27 de marzo de 2017

¿Aliado, feminista o cocodrilo?

Hace unos días estuve en las muestras de teatro "Piel con piel". Es una iniciativa de varias organizaciones junto con institutos madrileños en los que a través del teatro se investiga, reflexiona y se genera una obra conjunta sobre la trata de personas con fines de explotación sexual. El formato incluía un pequeño foro con las chavalas y chavales, que me sorprendieron por lo puestísimos que estaban en tema de género y sobre todo por la madurez que mostraban. Bueno, pues en este foro apareció un tema interesante, y es el papel de los hombres en el feminismo, dónde, cómo y sobre todo con qué término. Uno de los chicos dijo que no entendía el sentido del término aliado, cuando la actitud era la misma si se definía como feminista.Y otro estaba en la postura de reconocer la responsabilidad, privilegios y peso historico-social del hombre, por lo que tenía que definirse como aliado y no como feminista, ya que el feminismo surge de la mujer y es un movimiento fundamentalmente femenino.

Algunas corrientes feministas están de acuerdo en que el hombre como sustentador del patriarcado debe ser partícipe de la lucha contra este, mientras que otras creen que en tanto sustentador del patriarcado no hay manera humana de que luche honestamente contra este.

Yo estoy de acuerdo con la primera, pero creo que la pregunta complicada en este momento histórico es la siguiente: ¿sigue siendo el feminismo un movimiento fundamentalmente femenino?

Con el feminismo Trans y el interés creciente de hombres por participar con, desde, por, encima, sin, so, sobre, tras el feminismo, ¿hablamos de veras de un movimiento esencialmente de mujeres? ¿Es el transfeminismo una corriente más del feminismo o es otra cosa? ¿Son las acciones/producciones culturales feministas de hombres cis o trans parte del feminismo o son otra cosa?

Es muy complicado dar una ubicación real, a nivel ontológico de las personas que no son mujeres cis dentro del feminismo sin solucionar estas preguntas. No quiero caer en el buenismo, ni decir que hombres por la igualdad son mis héroes. La desconfianza y el recelo están más que justificadas como actitudes frente a machos con discurso o pose feminista/aliada.

Por otro lado, estoy con ese chaval que comentaba al principio. Las actitudes son lo esencial para hacer camino contra la discriminación de género, no tanto la capacidad dialéctica. Si no, no reivindicaríamos las resistencias feministas de las mujeres de clase baja. El conocimiento y el manejo del lenguaje académico está genial, pero es una herramienta para crear y comprender la realidad, no es una alteración de la realidad en sí misma. Por eso, como hombre cis, el debate sobre como definirse debe ser individual y la actitud con el resto de personas es lo que tiene que buscar el sentido colectivo, por decirlo de otra manera, nos tenemos que preocupar de ser más feministas en lo que hacemos diariamente y menos en los debates, espacios dialécticos, que además tienen un puntito clasista muy feo y muy poco que ver con la dimensión emocional, psicológica y espiritual del resto de personas.

¿Cómo me defino?
Yo me defino como hombre feminista. Porque entiendo que feminista implica una posición política activa y es un término mucho más incómodo que aliado, habrá que ver en unos años. Pero por tomar este término, para mí, no quiere decir que me mee en la lucha feminista ni quiera capitanear los movimientos, hablar más que nadie, o dejar de cuestionar mis relaciones y mi forma de actuar. 

Lo dicho; actitud, intención, conciencia, autocrítica, flexibilidad, y mil cosas más antes que lucha dialéctica, que sabemos de sobra quién y con qué actitudes nos cita a Simone de Beauvoir.

Chim-pun.

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domingo, 27 de abril de 2014

Inaplazable

El trabajo de crianza es trabajo. Cuidar,educar,dar cariño, socializar, sustentar, etc. es trabajo.

De perogrullo, ¿no?

Bien, ¿qué contrapartidas tiene este trabajo? El desarrollo de una persona nueva y única, la alegría, la frustración y el aprendizaje en ese acompañamiento de vida, y estoy seguro de que mucho más. Yo ni soy padre, ni puedo ser madre para saberlo. Lo qué si sé, sabemos, es que no existen contrapartidas materiales. Lo que esto significa es que si tú dedicas una parte de tu vida a criar a una criatura o a varias lo vas a hacer en relación a un salario ajeno a tu trabajo de crianza, muchas veces ajeno a tu persona. Por lo tanto tenemos un sueldo inexistente, para una labor real que por supuesto no cotiza. Así, cuando seamos viejitxs no vamos a percibir nada por un trabajo que si se va a cobrar en tu salud (o ya se habrá cobrado) un precio derivado del mismo. Por tanto ¿Es inconcebible percibir un salario por un trabajo necesario e inaplazable?

No lo es, si bien si está aceptado. Está aceptado que nuestras madres han asumido este trabajo por amor y tradición, quizás por todas las contrapartidas morales de las que hablaba antes, pero al final volvemos a uno de los rasgos femeninos impuestos históricamente, la abnegación. Nuestras madres fueron mártires familiares por tradición, por amor, y por una clara imposición social. Por supuesto hubo mujeres que se rebelaron al papel tradicional que la sociedad las reservaba, sacrificando familia por una posición social a través del empleo, y estoy seguro de que existieron otras posturas.

El salario por este trabajo es necesario para lograr: autonomía, más calidad en el mismo y una disposición diferente hacia él. Ese dinero se va a destinar a esa crianza y a la propia criadora. Las madres que no se mueven solo por el amor, no son perversas ni peores madres, solo son madres fuera del modelo romántico.

Hay personas moviéndose en esta dirección con soluciones diferentes; el autoempleo, las cooperativas de amas de casa, empleo a través de asociación, etc. ¿De dónde sale el dinero para esos salarios? ¿Para esos empleos de crianza? Pues salen de quien pueda pagarlo; de otros ingresos de la misma persona, de su compañerx, de la capacidad de una cooperativa, etc. Aquí empieza el chirrío de dientes "¿¡Pagar por trabajar!?" "¡Pagar a tu pareja!" "¡Sacar un salario completo de una cooperativa!" y otras tantas exclamaciones. La sociedad patriarcal no da valor económico a este trabajo, que es real repito, por lo tanto el dinero para valorizarlo no va a salir de una manera sencilla. Y si, se va a necesitar de solidaridad y de sacrificio para que esto arranque, y ya no digo para que se normalice. Pero joder, ser honestxs ¿Pensabais hacer la revolución sin solidaridad? Pues eso es bastante burgués.

Es una mierda, pero conociendo esta realidad, hay que tomar partido. Si se niega la necesidad de un salario para este trabajo se está legitimando el trabajo gratuito, y por ende la esclavitud, o al menos esta forma de esclavitud. Si no estáis en ese barco hay que buscar soluciones, la que sirva y se adecue a la realidad de cada unx.

Yo considero que parte del problema está en la forma y concepción de las familias actuales. Es necesario abrir el cerco a la vida colectiva: más personas, más manos y el mismo curro. Si bien no puede repartirse la crianza de forma equitativa (yo, ni puedo parir, ni dar el pecho, por ejemplo) si se va a repartir, sin hablar del resto de trabajos...

Para terminar quiero transmitiros, que sea cual sea nuestra solución frente a este problema, hay que sentirse bien llevándola a cabo en la certeza de ser valientes contra los fantasmas de fuera (lo que nos dicen) y los de dentro (los qué dirán o lo que se dice y se ve mal). Con la seguridad de ir de veras contracorriente, De ser subversivas.

Gracias Alicia


jueves, 26 de diciembre de 2013

¿Nuevos hombres? Si somos nuevxs, no seremos hombres

Los binomios están metidos en los huesos, todas nuestras relaciones con el medio están configuradas desde nuestra identidad cultural. La identidad está construida desde nuestro género por personas y medios construidos en esta misma identidad que tiene como base nuestros órganos reproductores. Entender que esta realidad cultural nada tiene que ver con otras a la hora de ver que posibilidad hay de cambiarla y de transformarla, porque es el núcleo de todas nuestras concepciones culturales, me sigue costando. Pero, ¿cómo transformar la identidad? ¿Todos los sistemas de relación con el mundo? El vértigo a transformarse es enorme.

Aun con todo y sintiéndonos muy valientes nos decimos que tiene que haber maneras de enfatizar con las mujeres y su lucha, de lograr nuevas seguridades sin salir de tu identidad, modelándola poco a poco.

No soy un catastrofista, el trabajo con uno mismx da frutos, pero siento una falta de autenticidad grande en este proceso en el caso de los tíos. Porque sí, puedes plantear tu relación con el mundo desde un "yo" en lugar de un "hombre yo", en mi caso "Jaime y el mundo", en lugar de "Un tío, Jaime, y el mundo". Pero esta estructura, aunque más sana y efectiva para conseguir algunos cambios y más seguridad en uno mismo, se desmorona cuando preguntamos "¿quién es Jaime?" después de varios adjetivos laborales y otras descripciones indirectas llegamos al tuétano "un hombre". No necesariamente un maltratador, pero sí un dominador. Así que como dominador y queriendo ser partícipe de la lucha de las mujeres, de una lucha por la igualdad me pregunto: 

-¿Cómo puedo ser feminista  desde la dominación? (¿puede el opresor empatizar con la oprimida? Yo considero que no, al igual que un hombre blanco en Sudáfrica no puede empatizar con uno negro)
-¿Cómo puedo cuidar sin paternalismo?
-¿Cómo puedo ceder espacios de privilegio sin ser eso un enorme acto de poder en sí mismo además de sexista? 

No es posible.

Visto esto, a aquellos hombres que se sienten sensibles hacia la desigualdad de género, nos quedan un par de opciones:

-Aceptarse como dominador-¿colaborador? - Es decir, asumir que desde el paternalismo cedes espacios de poder, crear lenguaje, hábitos y tender hacia posturas y estrategias anti-sexistas y no-sexistas confiando en que mañana tus actos educaran personas más igualitarias y tu objetivo último será la equidad. 

-Asumir una nueva identidad, nombrarla, reivindicarla como colectivo y sufrir ataques desde todos los frentes establecidos internos y externos. Esto último está muy poco formado en mi cabeza. Pero quizás la solución pasaría por entrar en el movimiento queer desde la pansexualidad, no lo sé.

Hagáis lo que hagáis, hacerlo desde la honestidad y tener en cuenta que estas son mis conclusiones y no tienen porqué valeros. Acoger una nueva identidad no es cualquier cosa y no todo el mundo puede sentirse capaz, actualmente yo no sé que hacer respecto a esto y me creo que escribir va a ser terapéutico.

Por último, el término "nuevos hombres" me parece pretencioso y muy poco honesto. Siempre que oigo este termino va acompañado de patéticos aplausos por actitudes (muchas veces solo aparentes) no-sexistas o anti-sexistas. Jamás hay que aplaudir una acción no sexista, ni darnos un bollicao, es un error gravisimo. Es cierto que por el esfuerzo que ponemos en nuestro trabajo personal estamos hambrientos de aceptación, por eso agradecemos que se nos dé un margen (espacios mixtos, charlas para hombres, mismas opciones para hablar debatiendo, etc.), pero se tiene que dar desde un escepticismo, estamos acostumbrados al poder, y a veces sin ser plenamente conscientes podemos abusar de él, así que darnos cancha ancha y encima premios por una actitud que tiene que tender a ser la norma y no algo excepcional es maleducarnos, no estoy infantilizandonos, simplemente no existe transformación sin aprendizaje). Las posiciones anti-sexistas son más difíciles de ejecutar, tampoco creo que haya que aplaudirlas, pero si necesitamos apoyo, pero bueno cada uno tenemos nuestras figuras de apoyo, tampoco voy a invitar al acoso de lxs presentes ni al abuso de nuestrxs amigxs.

Digo también que no me parece honesto el término, porque considerarse un nuevo hombre es poco menos que reírse en la cara de los hombres que estamos currando. Porque sabemos que no sé es otro ni menos patriarcal por leer 2 o 20 textos feministas, si no que es un trabajo para toda una vida y considerar que ya hemos llegado, que ya somos superantipatriarcales-feministas de la muerte es una mentira como mi cabeza de grande. 

A lxs que habéis llegado hasta aquí os dejo un poquito de música que os lo merecéis, me he alargado cosa fina. Muchas gracias por vuestro tiempo.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Derramarse

Como un disparo. Vomitadas y sin filtro. Nuestras mierdas salen desordenadas y al galope si nos comportamos como hombres "de verdad", si somos unos cabrones. Es como se nos ha enseñado y estamos acostumbrados a hacerlo, de hecho supone muchísimo menos trauma y trabajo hacerlo de esta manera por que lo tenemos muy dentro.

A todos (con o) nos es muy sencillo subirnos a nuestros privilegios y cargar con todo instrumento penetrador (etéreo, físico, metafísico,etc) contra una dominada o dominado (es decir, una persona situada  por debajo de ti de acuerdo a los cánones hetero-patriarcales y tus cánones personales de dominación, instrumentalización y abuso).

Con este panorama, yo personalmente me siento intentando ganar terreno al mar echando saquitos de arena cuando estoy alterado - cansado, irritado, frustrado, cabreado... - para no canalizar esos sentimientos como un machirulo, tirando a lo fácil, vaya. Digo fácil porque no hacerlo ya supone un trabajo, y el darle vueltas para lograr una solución mucho más. Es muy difícil. Pero desde luego es bonito lograr canalizar estos sentimientos de otra manera y sentir que el origen del problema y su solución no pasa por pisar a nadie a ningún nivel (etéreo, físico, metafísico...).

Creo que es importante tener esto presente para poder tener relaciones sanas. Sumándole sinceridad, respeto, libertad, empatía, humildad, generosidad...y todas esas palabras que son prácticamente inabarcables y especialmente inagotables, lo que hace esta carrera hacia el horizonte algo precioso.



Os dejo una canción muy maja que he encontrado poniendo "running to nowhere", un poco al hilo de las últimas frases. Un abrazo :)



jueves, 19 de septiembre de 2013

Hoja de ruta

Cada vez que se habla de agresiones no puedo evitar sentirme mal, responsable. Esto me ocurre porque sencillamente es real, como todos he agredido en alguna de sus múltiples formas (menospreciando, ignorando, insistiendo, reproduciendo tópicos y lenguaje sexista, acosando, etc.). Con la única licencia de ser un hombre. Pero ese sentimiento, ese repudio a lo que no quiero ser más y lucho por expulsar del todo mirandolo en positivo es mi referencia. Es un fueguito que se enciende si soy consciente de que estoy apunto de caer o he caído en una actitud machista.

Quiero escribir algunos puntos, verbalizar esa lucecita para que sea más fuerte esta referencia y obligarme a ir más allá en mi lucha:

Lucecita 0.0

Luz 0.1 - Todos hemos crecido en una educación machista. Todos la justificamos. Todos la hemos o la ejercemos. Tenlo presente y no lo/te lo permitas.

Luz 0.2 - La lucha es activa, la lucha tiene cara. Cuando tengas que frenar una actitud machista hazlo con tu voz. El silencio desaprovatorio no suele ser la mejor solución. 

Luz 0.3 - No seas sensible a lo que se espera de tí. Se sensible a lo que eres capaz de hacer.

Luz 0.4 - Escucha más. 

Luz 0.5 - Piensa más antes de abrir la boca. No seas carnaza de los micromachismos

Luz 0.6 - Piensa, trata y vive en y con el término "persona" recogiendo todo lo anterior.

Luz 0.7 - Abandona los productos que promocionan el uso de la mujer/hombre como un objeto (porno mainstream, programas de television veraniegos...etc.) Puedes mantener una actitud crítica, pero el mensaje es tan masivo y agresivo que puede condicionar hasta tus relaciones sexuales. 

Esta vez os he dejado una parte de mí esperando que lxs que estáis en la lucha o interesadxs os inspiréis con esta micro "hoja de ruta". 

Un abrazo.




miércoles, 31 de julio de 2013

Torres de marfil

No tengo una gran formación o experiencia en el terreno de las luchas sociales. Esto me ha hecho sentir cierto complejo en debates, charlas, foros...etc.Y bueno, hasta hace poco creí que se trataba de un problema mío, que yo debía seguir leyendo, conversando con personas con más experiencia, reflexionando,etc. Y sí, claro, tengo que hacer todo esto, pero también ví que mis quejas sobre ciertas aptitudes que me hundían un poco más en mi complejo era algo que merece la pena tratar.

Estas aptitudes (tonos, interrupciones, gestos de desdén, etc.) son en conjunto ataques sutiles contra las personas que se acercan a la lucha social con más o menos timidez, y por supuesto, comete errores (como cualquier persona en un proceso de aprendizaje o en un proceso de vida) por parte de personas que lo quieran admitir o no, se ven como a sí mismas como superiores, más cercanas a la verdad, incorruptibles y mantienen una irreal en la que pretenden proyectar que leyeron a autorxs clásicos a la vez que leían "Teo va al parque", en lugar de haber tenido un proceso como todas.

Sobre este tema dentro del feminismo ha escrito muy bien Rosario Hernández Catalán. http://www.elcorreo.com/vizcaya/20130723/mas-actualidad/sociedad/como-espantar-nuevas-feministas-201307221255.html . Habla de personas con una imagen estupenda de sí mismas al verse como feministas de pro, como si de la ideología se derivara un comportamiento ejemplar, incuestionable. Este comportamiento "sobrao" a veces intolerante, y casi siempre con un lenguaje enrrevesado, "espanta" como dice Rosario a lxs que estamos en potencia, a lxs que queremos aprender. También dice de manera muy acertada que para ser un/a feminista en potencia no se necesita tener un bagaje teórico enorme, y apartar a las personas que no conocen o dominan ciertas realidades/información como el lenguaje igualitario, la teoría queer, el postporno, autorxs, etc. no es bueno para nadie. Especialmente porque una persona dolida es la primera que puede echar pestes sobre un movimiento. Y perder un apoyo que no sabemos hasta donde puede llegar, un/a compañero/a de viaje, es una pena.

Yo me reafirmo en la idea de que no se necesita una gran formación para querer formar parte de la lucha. En realidad (para mí) se necesita tener claro qué es una persona y su valor en tanto que es persona. Luchar por ello es para mí, la base de cualquier lucha social.

Ahora voy a dejaros mi única aportación original a esta entrada, lo que yo puedo aconsejaros a todos y todas humildemente para no caer ataque sutil y permitir el desarrollo de nuevas manos, piernas, bocas y cerebros en los distintos movimientos:

 -Ayudad al crecimiento de otros dándoles el espacio que necesiten para debatir, argumentar, recomendad lecturas, solucionad dudas en la medida que podáis y os sintáis con animo para ello (como aprendedores nosotros no tenemos derecho a consumir a una persona).

-Usad la información para empoderaros y empoderar a otros no como un vehículo de poder símbolico jerárquico.

-Amad, sentíd, apasionaos con vuestra ideología, pero nunca permitáis que esta os niegue ver lo que tenéis delante, personas con toda su complejidad, necesidades y sentimientos.

-Construyamos juntos, siempre hacen falta personas más experimentadas y siempre se las ha de valorar en su campo, pero creer que solo unas personas tienen la exclusividad para trabajar o avanzar en el movimiento es pura ignorancia. Se debe contar con todos y todas para crear cambios reales. Yo no voy a apoyar una revolución de unxs pocxs, de esas ya ha habido unas cuantas.



viernes, 19 de julio de 2013

La verdadera herida del héroe

Excalibur, Tizona... o poiendonos más freaks, Narsil. Un montón de espadas penetrando piedras y enemigos. Detrás, el héroe, haciendo lo mismo: penetrando, penetrando y penetrando. Porque matar es penetrar, violar es penetrar, conquistar es penetrar y hasta defender es penetrar para evitar ser penetrado (en tu cuerpo, en tus posesiones o en tus ideas), y dejar al enemigo penetrado, al menos por  miedo. En definitiva, el héroe es la prolongación de su pene empuñando con fiereza un arma, otro pene.

¿Y qué nos deja al otro lado? A un penetrado, también humillado, deslegitimado, apartado, vencido, que se coloca por debajo del penetrador y es dominado por éste.

El héroe es el principal modelo de masculinidad y, por tanto, de conducta para los hombres en nuestra sociedad heteropatriarcal y su presencia en ella es omnipresente, reproduciéndose en bocas, textos, memoria colectiva, pantallas de distinto formato, música,etc.  Y son los valores del héroe, los que se nos enseña desde niños a seguir y alcanzar para ser "hombres de verdad". La realidad es, que los hombres de verdad no existen. Los hombres, en términos biologicos, somos biohombres, es decir somos seres humanos con genitales externos. Nuestra naturaleza biológica en términos de género no nos ofrece o demanda nada más. En cambio, el referente de héroe o de hombre de verdad sí:

-Nos exige ser valientes, fuertes, agresivos, aceptar riesgos con más facilidad, no mostrar abatimiento o duda. Todos ellos valores guerreros, que ante la falta de una guerra real, nos lleva a crear nuestras propias guerras a través de la competición y la obsesión jerárquica, estar por encima de nuestros pares, demostrándolo de dos maneras: ejerciendo el poder de facto o utilizando bienes simbólicos. Con lo que el capitalismo y el heteropatriarcado están ligados y se quieren un montón.

-Ser sexualmente activos e infalibles (aquí el héroe toma la forma del actor porno mainstream)

-Ser habilidoso en cualquier deporte, salvo deportes feminizados, o tarea física. Por contraposición a las tareas de cuidados para las que no se considera necesario ningún tipo de saber o habilidad especial y se delegan a personas con menor importancia desde esta óptica (mujeres, niñas y, a veces, niños,en menor medida.) 

- Carente de expresiones sentimentales. Los hombres somos educados para no comunicar lo que sentimos, esto degenera normalmente en problemas en las relaciones sociales porque no podemos expresar que necesitamos, que nos afecta y como. Al no expresar tampoco comprendemos que sea necesaria la comunicación o respetar la expresión del otrx cuando se da.

-Sin exaltaciones líricas. Aun hoy, que un hombre exprese que algo es precioso/a solo puede darse en contextos muy concretos y hacia objetos y personas muy concretas, ya que de lo contrario pone en duda su masculinidad y orientación sexual. Un ejemplo sería expresar que un hombre es atractivo, siendo el emisor un biohombre heterosexual.

-Tener razón en nuestros planteamientos. Aqui se desata la extensa gama de micromachismos (mecanismos de baja intensidad o muy sútiles con el objetivo de resolver una situación en favor del hombre que los ejerce, dejo un enlace con información más detallada sobre este término http://vocesdehombres.files.wordpress.com/2008/07/micromachismos-el-poder-masculino-en-la-pareja-moderna.pdf). Sentir nuestra masculinidad agredida cuando una mujer tiene más conocimientos sobre un tema es un ejemplo muy claro de este "valor".

Estos valores exigen ser cumplidos en un 100%, ya que de vulnerarlos, vulneramos también nuestra proyección como hombres, dejamos de merecer este nombre, pasando de dominadores a dominados. Esto genera una frustración que se vuelca en personas de nuestro entorno, especialmente en figuras femeninas (madres, amigas, parejas en el caso heterosexual).

 Así, los hombres vivimos intentando adecuarnos a estos valores creando nuestras propias lógicas de jerarquía simbólica entre  hombres más hombres, los de "verdad", y  los que no lo son, pasando a formar parte de las mariconas, los flojos, los nenas, los mierdas, etc. Y esto en una sociedad machista significa mucho, significa ser un marginado más. Quizás así podamos ver con más claridad a otros apartados por esta sociedad por ser diferentes, por transgredir las normas de género heteropatriarcales, como son: gays, lesbianas, mujeres empoderadas, transgénero, y cualquier persona que comprenda otras identidades de género más allá de la heterosexualidad y el binarismo de género.

Por supuesto se puede salir de este círculo estupido poniendo en cuestión estos valores y valorándonos a nosotros mismos/as por lo que somos y a los demás con ese mismo baremo, para variar.

Aun con todo, no somos libres de nuestra educación y contexto. Yo, particularmente, sigo sintiendome idiota, especialmente mal, cuando soy torpe en una tarea "masculina", aunque sea la primera vez que la realizo, por ejemplo, cortar madera. Cuando lo piensas en frío, descubres, que en ningún rincón de tus genitales se encuentra el saber de hombres sudorosos que a lo largo de la historia han levantado peso, cortado madera, excavado zanjas o arreglado coches, de hecho, no se encuentra ningún conocimiento, como ninguna mujer aprende de manera mística el trabajo de cuidados con niños, ancianos o personas con discapacidad (incluidos entre los últimos a hombres dependientes que no saben freír un huevo), por poner solo un ejemplo de actividades "femeninas". Cuando miras en frío y piensas con la cabeza, lo que descubres es que eres tan torpe como cualquiera que hace las cosas por primera vez. Porque tienes un proceso de vida con sus diferentes procesos de aprendizaje, y el héroe (real o histórico) siempre tiene la misma edad por lo que ya ha obtenido sus cualidades con lo que no tiene sentido compararse con él.

No le debemos nada al héroe más que frustación por no ser como él. Mi consejo es sencillo. Cortadle la polla, quitadle la espada y olvidaos de él.  Sed libres, construid vuestra identidad en positivo apreciando lo que tenéis y disfrutaís de vosotrxs mismxs, y luchad para que los demás puedan serlo.